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Irán: muro contra el EI y la inmigración ilegal

Shabnam von Hein
13 de mayo de 2024

Teherán quiere frenar la inmigración ilegal procedente de Afganistán y destina a ese fin el equivalente a unos tres mil millones de euros. El gobierno también teme la infiltración de terroristas del EI.

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Hombre mirando en medio de unas vallas de alambres.
Frontera entre Afganistán e Irán en la localidad afgana de Islam Qala.Imagen: Petros Giannakouris/dpa/AP/picture alliance

El muro de hormigón tendrá 74 kilómetros de largo, cuatro metros de alto y alambre de púas. Se construirá en el noreste de Irán, donde se suele cruzar la frontera con Afganistán ilegalmente y con frecuencia. El Consejo de Seguridad Nacional asignó unos tres mil millones de euros para el proyecto. El Ejército asegurará así esta parte de la frontera oriental con el vecino Afganistán durante los próximos tres años.

Según la agencia estatal de noticias IRNA, el contrato incluye la construcción de un muro de hormigón y una valla fronteriza en la provincia nororiental de Jorasán Razaví. Este, según las autoridades iraníes, es uno de los destinos más importantes para los inmigrantes ilegales, junto con las provincias de Jorasán del Norte y Jorasán del Sur, también en el noreste de Irán.

La frontera entre Irán y Afganistán tiene unos 950 kilómetros de longitud. Transcurre, en parte, por altas montañas y es de difícil acceso. Muchas personas, que desde hace 40 años huyen de la guerra civil, la pobreza y ahora de los talibanes en Afganistán, cruzan la frontera ilegalmente.

Preocupación por nuevos ataques de EI 

La seguridad en la frontera con Afganistán se ha deteriorado tras la llegada al poder de los talibanes. Para las ramas de la milicia terrorista "Estado Islámico” (EI) en Afganistán, es más fácil enviar terroristas a Irán. En los últimos tres años han realizado varios atentados en ese país, como a principios de 2024, cundo fallecieron 89 personas en dos explosiones en la ciudad de Kermán.

El Ejército de tierra iraní ha aumentado su presencia en la frontera con Afganistán desde que los talibanes llegaron al poder. A pesar de estas medidas de seguridad más estrictas, todavía hay muchas oportunidades de cruzar ilegalmente esta larga frontera en un terreno a menudo difícil.

Casi 4,5 millones de refugiados de Afganistán

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que casi 4,5 millones de afganos ya viven en Irán. Al menos un millón huyó allí después de que los talibanes llegaran al poder en verano de 2021, pero sólo unos 50.000 están registrados como refugiados.

Muchos refugiados en Irán no se registran por miedo a ser deportados. Debido a las similitudes en cultura e idioma, pueden pasar inadvertidos con relativa facilidad. A menudo trabajan ilegalmente, como mano de obra barata, y se les explota. Muchos de ellos no quieren quedarse en Irán, sino seguir rumbo a Europa. Para lograrlo, tienen que ahorrar suficiente dinero, y contactar a contrabandistas afganos, iraníes o turcos bien organizados que los ayuden a partir hacia Europa.

A su vez, Turquía comparte una frontera de 560 kilómetros con Irán. Para detener a los migrantes, se ha construido un muro de hormigón de tres metros de alto y 170 kilómetros de largo a lo largo de la frontera común.

Hombres ayudando a una persona en el suelo. Y en el fondo un grupo de personas caminando.
El Estado Islámico se atribuyó dos atentados con bombas en la ciudad iraní de Kermán el 3 de enero de 2024.Imagen: Mahdi K. Ravari/Mehr News/AP/dpa/picture alliance

Un muro con problemas

Irán lleva más de treinta años planeando reforzar, con muros, su frontera con Afganistán. Los primeros pasos, en ese sentido, se dieron en 1992. En aquel momento se construyó un muro de 30 kilómetros de largo a lo largo de la frontera en la provincia de Sistán Baluchistán. No solo para impedir la inmigración ilegal, sino también para detener el contrabando de gasolina de Irán a Afganistán y de drogas de Afganistán a Irán.

Sin embargo, el muro se construyó en territorio de Irán. Entre el muro y la frontera hay casi 2.000 hectáreas de tierras de cultivo, que pertenecen a agricultores iraníes. Se les permite atravesar el muro para llegar a sus campos. Pero, desde que los talibanes llegaron al poder, se han producido ataques. Los talibanes creen que la frontera discurre a lo largo del muro. Los agricultores, que trabajan en sus campos al otro lado del muro, son atacados y golpeados  por los talibanes y su maquinaria, confiscada.

"Este muro no es ni un muro fronterizo ni un muro de seguridad", se quejó Mohammad Sargazi, diputado por la provincia de Sistán Baluchistán, en varias entrevistas con los medios iraníes. "Esto no hace más que complicar la vida a los agricultores iraníes", subrayó. Otros diputados de la región incluso piden que se derribe el muro.

(rmr/ers)